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miércoles, 27 de julio de 2011

LA SIEMBRA Y LA SIEGA DEL CEREAL


LA SIEMBRA:


Suele comenzar en otoño, se siembra sobre el rastrojo o barbecho (significa cuando la tierra se deja descansar, es decir sin sembrar para que aumente su contenido en minerales y en la siembra próxima sea más fértil).

El grano que se utilizaba y utiliza para sembrar, es el mejor de la finca, se siembra en el terreno de mayor fertilidad, así el grano será gordo y la próxima sementera tendrá también buen pan.

A esta simiente se la limpia bien despojándola de toda grana defectuosa y de otras semillas como avenas, amapolas…Para esta labor utilizaban unas cribas, luego se le emboticaba con unos polvos llamados piedra-lipe impregnando el grano de un color azulado intenso. (Esta botica que eran unas piedras azules, eran sulfato de cobre).

Se sembraba a bolea es decir se colocaba el cesto en el brazo izquierdo y con la mano derecha se iban cogiendo puños de trigo o cebada y se extendían por la pieza. Como anécdota diremos que un buen sembrado esta hecho cuando al lanzar la boina donde cae, bajo ella encontramos entre 8 y 12 granos del preciado cereal.

Hecha la siembra ya no nos queda más que esperar la primavera para ver el verdor de nuestros campos. El labrador no dejara de mirar el cielo para observar cómo va el tiempo, que caiga la gusta agua, temperatura adecuada , buen sol, y más tarde que madure bien, que no haya ninguna que otra granizada y eche a perder la labor y sustento del año.

Antiguamente para prevenir las epidemias, las sequías o granizadas se acudía a ermitas para hacer rogativas a la Virgen o a otro santo con el fin que hiciese el tiempo adecuado.

A principios de siglo apareció el cañón antigranizo, también el yoduro de plata para hacer llover y el cohete contra las tormentas. Esta técnica nunca se utilizo en nuestra zona.

No todos los granos germinan, ya que parte de ellos son el sustento de tordos, gorriones…Esto también lo recoge la bonita canción de S. Isidro el Labrador. En Castresana se sigue cantando a pesar de no oficiarse misa este día; actualmente el domingo más próximo a dicha festividad se canta como recuerdo.

La culminación de la cosecha llega con el mes de agosto de ahí la expresión “hacer el agosto”.


LA SIEGA

Primero se segaba la mies mediante la maquina llamada segadora-atadora, aparecen después de la primera guerra mundial la más conocida en nuestro pueblo es de la casa “Ajuria” de Vitoria, en la parte delantera tenían unas cuchillas que cortaban la mies y en la delantera se colocaba la yunta de bueyes o machos que tiraban de ella.

Esta máquina tenía la peculiaridad de segar y atar la mies en pequeñas partes llamadas “gavillas”. Estas se recogían ayudados por la horca en los carros a los que previamente se le habían puesto las zarras a los laterales; los haces siempre eran colocados guardando un orden con el fin que entrase el mayor numero en el carro. Para que no cayese ninguna gavilla o haz se ataban con sogas, que normalmente habían trenzado en casa, más bien en lugar de trenzado era retorcido las hebras hasta formar un grueso cordel o soga; el material utilizado era el esparto. En la última casa que vi hacer este peculiar trabajo fue en casa de Laureano.

Segando la cebada en una finca del término “las huertas. No era extraño que de vez en cuando debajo de las gavillas apareciese alguna que otra camada de codornices o ratoncillos y otras veces la desagradable sorpresa de alguna culebra.

Para realizar esta tarea eran necesarias varias personas, se juntaban las de algunas casas para segar, acarrear, trillar.

En casa mientras tanto se preparaba también la era, bien barrida con las escobas de brezo y el carro bien vestido con sus zaras para traer las gavillas o haces.

Se miraba al cielo a primera hora de la mañana y si estaba cubierto pero aparecían claros era señal que venía buen día. Cuando aparecían estos claros se solía decir “ ya tenemos buen día que se ven eras” refiriéndose a estos claros .



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